Este es el comentario que Papa Noel ha dejado en mi casa para vosotros. Espero que os guste. Feliz año entre tanto.
EL
ORDEN SI IMPORTA.
Pocos
padres admitirán que tratan a sus hijos de forma diferente, pero es
probable que al educarlos de la misma manera, obtengan como resultado
la desigualdad. (…) La educación y la crianza de los hijos tiene
mucho que ver con las singularidades: las que uno trae de serie, las
de la forja de la personalidad y las que, según algunas
investigaciones científicas, se desprenden del orden que los
hermanos ocupan en la familia. Es la denominada Birth
order theory, teoría
del orden de nacimiento.
(…)
Dicha teoría acaba de recibir el espaldarazo de un estudio de la
Universidad de Oslo y el Instituto de Salud Ocupacional de la capital
noruega, que analizaron los niveles de inteligencia de cerca de
250.000 reclutas de 18 y 19 años. Las conclusiones, no
dejaban lugar a dudas: (…)
Según
sea uno primogénito, hijo mediano o pequeño -el hijo único mezcla
rasgos de los extremos-, así será su carácter. A grandes rasgos,
en el reparto el primero se lleva el conservadurismo, el respeto a
las expectativas y los valores paternos y el perfeccionismo. El
mediano, en terreno de nadie, tarda en decidir qué quiere hacer con
su vida -frente al mayor, que la encarrila muy pronto- y desarrolla
más relaciones con iguales que jerárquicas. El benjamín, por su
parte, es la bohemia y el riesgo; divertido y encantador, puede ser
también más débil que los otros. (…) La historia es un filón de
ejemplos que ratifican el citado reparto de actitudes y aptitudes:
más de la mitad de los presidentes de Estados Unidos han sido
primogénitos; también eran los mayores, o hijos únicos, veintiuno
de los 23 primeros astronautas estadounidenses.
Frank
J. Sulloway, del Instituto de Investigación Social y de la
Personalidad de la Universidad de Berkeley (California, EE UU),
atribuye estas y otras diferencias entre hermanos al hecho de
"maximizar la atención de los padres a través de diferentes
estrategias con el fin de reafirmar la propia identidad”. El hecho
de que un hermano destaque en algo, por ejemplo en los estudios,
lleva a los restantes a excluir esa característica. Es como si cada
hermano tuviera que encontrar un sitio: tras un hermano muy
estudioso, el siguiente puede ser muy deportista, por ejemplo".
(…)
De
todos modos, como subraya María José Díaz-Aguado, los rasgos
asociados al orden de nacimiento son "una relación de
probabilidad, no de causa-efecto”. Es decir, que el hecho de ser
primogénito o benjamín no determina necesariamente una
característica, sino que incrementa la probabilidad de tenerla.
Hay
muchas excepciones. Por ejemplo, las hermanas Álvarez. La mayor,
Paz, de 42 años, se define como "la más irresponsable y loca".
La pequeña, Alejandra, de 32, es "la más ordenada y
cuadriculada", (…). En el medio, Sonia, de 41 años, impone el
equilibrio y ejerce de cobijo y nexo de unión entre todas. Las tres
dinamitan la flamante teoría del orden de nacimiento, que podría
tener los días contados si persiste la tendencia al hijo único. O
casi: 1,3 hijos por mujer en España. Porque ¿hay lugar para los
decimales en la Birth
order theory?
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