martes, 12 de noviembre de 2013

COMENTARIO DE TEXTO. PARA LA SEMANA DEL 18 AL 22 DE NOVIEMBRE

 

Interesante artículo de opinión, proporcionado por la profesora Araceli Martín, sobre los insultos que menos insultan.
Tenéis que hacer el comentario completo (tema, resumen y estructura).
Ahí va el enlace:

http://elpais.com/elpais/2013/11/08/opinion/1383936993_730310.html

1 comentario:

  1. COMENTARIO CORREGIDO

    TEMA: Ruego a los políticos de moderar el uso de determinados insultos
    Crítica a los insultos utilizados por algunos políticos

    RESUMEN:
    A veces los políticos utilizan términos (nazi, terrorista) relacionados con la historia o la actualidad para descalificar a las instituciones o a determinados grupos sociales. Estos calificativos suelen ser exagerados y generan mucha polémica, puesto que las palabras que usamos tienen consecuencias. En nuerstro idioma hay insultos que proceden de la lengua y que son, generalmente, mucho más livianos, sobre todo aquellos en los que se da repetición vocálica como en tarambana o mequetrefe. Es por este motivo que estos últimos resultan menos dañinos que los que proceden de la historia. En cualquier caso el insulto siempre descalifica a quien lo profiere y no a quien lo recibe. Por ello los políticos deberían de tener más cuidado a la hora de utilizarlos.

    ESTRCTURA
    El texto se divide externamente en un título y 12 párrafos. Sin embargo, al tratarse de un texto expositivo-argumentativo podemos dividirlo internamente en tres partes fundamentales: introducción, desarrollo y conclusión.

    En la introducción, que abarcaría los cuatro primeros párrafos el autor nos plantea el tema del que se va a hablar, situándolo en su contexto. En los dos primeros encontramos una exposición de determinados hechos de actualidad: políticos como Xose Manuel Beiras o Dolores de Cospedal que han utilizado términos como nazi o terrorista para descalificar a sus oponentes. El autor emplea aquí las citas textuales de dichos personajes, que además representan distintas tendencias políticas. Frente a esto, en el tercer párrafo el autor emplea un argumento de cita y autoridad al presentar la teoría de Frank Bruni. Un columnista norteamericano que escribió recientemente que comparar cualquier hecho con el exterminio nazi es una aberración y una exageración. Este argumento se refuerza con una cita textual de dicho autor donde se subraya la idea de que las palabras tienen consecuencias. Para terminar la introducción, el autor plantea, mediante un argumento de contraste, que hay insultos que no proceden de la historia sino del propio idioma y que parecen menos ofensivos puesto que vienen vestidos “con un ropaje más simpático”, como tarambana, descalificativo que contrasta con la gravedad de nazi o fascista.

    En el desarrollo (párrafos cinco a diez) el autor enumera una larga lista de ejemplos de insultos en los que se percibe esa aparente falta de dureza y subraya la idea expresada en el título (que no carece de ironía) de que las palabras con vocales repetidas insultan menos. Empieza así una larga lista de ejemplos con cada una de las vocales en las que el autor explica el significado de muchas de estas palabras hoy en desuso. En el párrafo diez, que es el que cierra esta parte, el autor contrapone esos insultos con vocales repetidas a otros que, aún procediendo del idioma, no parecen tan divertidos pues carecen de dicha repetición vocálica. Es el caso de gilipollas o estúpido. Con todos estos ejemplos el autor intenta argumentar el hecho que se enucnia en la conclusión: que todos los insultos no son iguales.

    En la conclusión, que abarcaría los dos últimos párrafos, el autor explica, mediante un argumento de analogía (si existiera un código penal de los insultos) que no todos los descalificativos son iguales, pero que finalmente el insulto descalifica más a quien lo dice que a quien lo recibe. Con todo esto, el autor, utilizando una apelación directa a los hipotéticos receptores del texto (sus señorías, es decir, los políticos) enuncia la que será la tesis del texto: una petición a los políticos a que moderen el uso de los insultos en sus intervenciones públicas. Por todo esto, podemos decir que la estructura del texto es sintentizante, puesto que tras la exposición de hechos y argumentos el autor concluye diciendo de manera explícita cómo deberían comportarse los polítcios en relación con el uso del idioma.

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